Te despiertas de un sueño sin sueños, debido a un fuerte ruido que escuchas en el pasillo. Tus ojos se abren rápidamente y se fijan de manera instantánea en la puerta. Que fue lo que hizo ese ruido? Respirando fuertemente, y con el miedo que empieza a llenar tu mente, te das cuenta con un escalofrió que pateaste tu cobertor en tu sueño. Rápidamente lo agarras, te lo colocas a tu alrededor y de manera inconsciente lo enredas alrededor tuyo fuertemente mientras te acurrucas, dejando ninguna parte expuesta. Te conviertes en una bola cálida y segura: dejando solamente un pequeño espacio entre el colchón y tu cobertor para que puedas ver. Las almohadas se convierten en escudos entre tu cabeza y la pared. Momentáneamente te acuerdas de tu niñez, escondiéndote del “Coco” u “Hombre de la bolsa” imaginarios. Pero esto se siente mas palpable, mas… peligroso.
Escuchas otro golpe. Esta vez, parece mas fuerte, mas profundo, viniendo desde afuera. Tratando de mantener la calma, piensas en todas las cosas que pudieran ser: Las tuberías en la pared, las cuales han sonado desde hace semanas, con un incremento de frecuencia y urgencia (Nunca habían sonado así e profundo o fuerte). La Persiana en el baño, la cual se este azotando por alguna ventana abierta (A pesar de que revisas las puertas y ventanas todas las noches). Quizá es que tus padres llegaron tarde y borrachos (Aunque se supondría que no regresarían del viaje hasta la otra semana). Tu gato, paseando por la casa en la noche (… Lo dejaste fuera por la tarde). A pesar de todas tus apresuradas suposiciones, empiezas a sentir como el miedo se convierte en pánico y colocas el cobertor mas pegado hacia ti, reduciendo tu campo de visión a una pequeñez.
Escuchas otro golpe. El mas fuerte hasta ahora, a solo centímetros de tu puerta. Tu cerebro revuelto empieza a conjurar imágenes sacadas de las pesadillas de tu niñez – Psicópatas enmascarados, creaturas sin forma: Creaturas de hueso y tendones, arrastrándose por el piso, abriendo con sus retorcidos miembros la perilla de tu puerta, para después barrenar tu cuerpo con horribles garras a tu indefenso cuerpo.
Entonces escuchas otro mas. Tu respiración es difícil y profunda. Bocanadas de aire en tu repentino cuello seco, tus pulmones se cierran, y sientes calambres en tu estomago. Tus ojos están totalmente abiertos y fijos. Tu cobija sigue totalmente pegada a tu alrededor, con solo pulgadas de algodón entre ti y sea lo que sea que esta a punto de entrar.
De repente, en un momento de iluminación, recuerdas cual es la fuente del sonido: El librero viejo, que se esta deshaciendo que esta en el pasillo. Una de las patas debió vencerse, y la inclinación esta tirando los libros uno por uno en el piso. Mientras escuchas con cuidado, escuchas el calmado hojeado de las paginas mientras otro libro cae al suelo. Deberá haber otro azoton y… Si. Desciende una vez mas el silencio, y con el una gran calma.
Mientras caes nuevamente en el sueño, miras alrededor de tu cuarto, todavía en tu pequeño refugio, viendo las figuras vagas que se definen mientras tu visión mejora. Tu escritorio, tu silla y televisión emergen de la obscuridad, imponiendo un realidad buena y cuerda desde el vacio de la noche. Entonces, justo antes de que cierres tus ojos, ves algo que hace que sientas un horrible vacio desde lo mas profundo de tu estomago.
Publicado por Biblioteca De Creepypastas en 05:50 0 comentarios
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El Ojo
Es tarde. No debieras estar fuera de la cama a esta hora, sabes?
Estar rodeado de obscuridad, sin nada mas que un monitor iluminado tu alrededor, totalmente sin protección, no es saludable. Tu consiente interno, seguro se esta riendo ya de mi. Quizás estés pensando a donde va todo esto. Créeme, no es bueno.
Estoy aquí para advertirte. En precisamente 4 minutos con 13 segundos, veras algo en la esquina de tu ojo. Giraras rápidamente tu cabeza, intentando enfocar tu visión. Tu gato pasara cerca de ti. Sentirás un poco de alivio, mientras gentilmente le das la bienvenida a tu compañero felino, y dejas que se siente en tus piernas. Exhausto, el felino se colapsara y dejara salir un suave ronroneo.
Mientras navegas por internet, notaras algo extraño en tu mascota. Miras hacia abajo, y veras una nota atada en su collar. Esta en blanco. Te cuestionas esto, pero regresas al Internet. El gato se eriza, tiembla y salta de tus piernas al piso, escabulléndose. La nota, que convenientemente pusiste a lado de tu monitor, empieza a “sangrar” tinta negra. Abres entonces el papel, sosteniéndolo frente a la luz del monitor, y entonces veras la ilusión de un ojo, que aparecerá frente a ti
Es entonces cuando te darás cuenta que tú no tienes gato.
Apaga tu monitor. Rodéate de obscuridad. Y no te atrevas a cerrar tus ojos. Parpadea y morirás antes de que sientas que cerraste tus ojos.
Incate, abre la nota y colócala al alcance de tus brazos. Ahora, lo sentirás en ti. El ojo te estará observando. Sentirás que te falta el aliento, pero al menos intenta decir: “Puedo verte”.
Tira la nota y regresa a tu computadora.
Siento decirte, que el ojo que te observa nunca cesara. Siempre lo sentirás. Cuando comes, cuando te bañas… En estos momentos te esta observando.
Escuchas otro golpe. Esta vez, parece mas fuerte, mas profundo, viniendo desde afuera. Tratando de mantener la calma, piensas en todas las cosas que pudieran ser: Las tuberías en la pared, las cuales han sonado desde hace semanas, con un incremento de frecuencia y urgencia (Nunca habían sonado así e profundo o fuerte). La Persiana en el baño, la cual se este azotando por alguna ventana abierta (A pesar de que revisas las puertas y ventanas todas las noches). Quizá es que tus padres llegaron tarde y borrachos (Aunque se supondría que no regresarían del viaje hasta la otra semana). Tu gato, paseando por la casa en la noche (… Lo dejaste fuera por la tarde). A pesar de todas tus apresuradas suposiciones, empiezas a sentir como el miedo se convierte en pánico y colocas el cobertor mas pegado hacia ti, reduciendo tu campo de visión a una pequeñez.
Escuchas otro golpe. El mas fuerte hasta ahora, a solo centímetros de tu puerta. Tu cerebro revuelto empieza a conjurar imágenes sacadas de las pesadillas de tu niñez – Psicópatas enmascarados, creaturas sin forma: Creaturas de hueso y tendones, arrastrándose por el piso, abriendo con sus retorcidos miembros la perilla de tu puerta, para después barrenar tu cuerpo con horribles garras a tu indefenso cuerpo.
Entonces escuchas otro mas. Tu respiración es difícil y profunda. Bocanadas de aire en tu repentino cuello seco, tus pulmones se cierran, y sientes calambres en tu estomago. Tus ojos están totalmente abiertos y fijos. Tu cobija sigue totalmente pegada a tu alrededor, con solo pulgadas de algodón entre ti y sea lo que sea que esta a punto de entrar.
De repente, en un momento de iluminación, recuerdas cual es la fuente del sonido: El librero viejo, que se esta deshaciendo que esta en el pasillo. Una de las patas debió vencerse, y la inclinación esta tirando los libros uno por uno en el piso. Mientras escuchas con cuidado, escuchas el calmado hojeado de las paginas mientras otro libro cae al suelo. Deberá haber otro azoton y… Si. Desciende una vez mas el silencio, y con el una gran calma.
Mientras caes nuevamente en el sueño, miras alrededor de tu cuarto, todavía en tu pequeño refugio, viendo las figuras vagas que se definen mientras tu visión mejora. Tu escritorio, tu silla y televisión emergen de la obscuridad, imponiendo un realidad buena y cuerda desde el vacio de la noche. Entonces, justo antes de que cierres tus ojos, ves algo que hace que sientas un horrible vacio desde lo mas profundo de tu estomago.
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El Ojo
Es tarde. No debieras estar fuera de la cama a esta hora, sabes?
Estar rodeado de obscuridad, sin nada mas que un monitor iluminado tu alrededor, totalmente sin protección, no es saludable. Tu consiente interno, seguro se esta riendo ya de mi. Quizás estés pensando a donde va todo esto. Créeme, no es bueno.
Estoy aquí para advertirte. En precisamente 4 minutos con 13 segundos, veras algo en la esquina de tu ojo. Giraras rápidamente tu cabeza, intentando enfocar tu visión. Tu gato pasara cerca de ti. Sentirás un poco de alivio, mientras gentilmente le das la bienvenida a tu compañero felino, y dejas que se siente en tus piernas. Exhausto, el felino se colapsara y dejara salir un suave ronroneo.
Mientras navegas por internet, notaras algo extraño en tu mascota. Miras hacia abajo, y veras una nota atada en su collar. Esta en blanco. Te cuestionas esto, pero regresas al Internet. El gato se eriza, tiembla y salta de tus piernas al piso, escabulléndose. La nota, que convenientemente pusiste a lado de tu monitor, empieza a “sangrar” tinta negra. Abres entonces el papel, sosteniéndolo frente a la luz del monitor, y entonces veras la ilusión de un ojo, que aparecerá frente a ti
Es entonces cuando te darás cuenta que tú no tienes gato.
Apaga tu monitor. Rodéate de obscuridad. Y no te atrevas a cerrar tus ojos. Parpadea y morirás antes de que sientas que cerraste tus ojos.
Incate, abre la nota y colócala al alcance de tus brazos. Ahora, lo sentirás en ti. El ojo te estará observando. Sentirás que te falta el aliento, pero al menos intenta decir: “Puedo verte”.
Tira la nota y regresa a tu computadora.
Siento decirte, que el ojo que te observa nunca cesara. Siempre lo sentirás. Cuando comes, cuando te bañas… En estos momentos te esta observando.
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