Primero voló el avaro pelícano, ansioso de ser recompensado, moviendo sus alas blancas. Luego partió una silenciosa paloma, volando detrás del pelícano aún más lejanos. Y ahora es un cuervo volando más alto que la paloma, para demostrar que quiere y que puede. Llega planeando un cisne, buscando un lugar tranquilo, al lado de un pájaro amigo. Finalmente llega una corneja, deteniéndose hábil y rápidamente, para dar un bostezo y dormir una siesta. ¿Quién va a señalar el camino? ¿Quién será la clave? ¿A quién habrá que seguir hasta la recompensa de plata?
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